por Lauro Rodríguez/ntrguadalajara.com
 22 de Abril de 2021, 13:00 –

(Foto: Jorge Alberto Mendoza)

No más de 40 personas acudieron a misa de 10 para recordar a las víctimas del 22 de abril. El problema es que, hasta ayer, era un misterio si la capilla abriría o no, desde que el Arzobispado tomó las riendas, no hay comunicación.

Familiares y víctimas del 22 de abril lamentaron esta actitud. Para ellos, uno de los principales monumentos para recordar a quienes fallecieron por las explosiones, es precisamente la capilla.

Ellos la construyeron gracias a donaciones y de la misma manera se mantenía en pie hasta hace unos años, cuando el Arzobispado condicionó su apertura a que la administración pasará al cien por ciento a la iglesia Católica.

Ellos más que reclamar cuatro paredes, unas bancas y unas imágenes religiosas, reclaman que se está perdiendo la carga significativa que el lugar tiene.

No era un espacio de visita cada 22 de abril, era el espacio de convivencia, tenían capacitaciones, doctrina y podían ir a llorarle a sus difuntos en el momento que quisieran. Ahora, está bajo llave y solo se abre para las misas de sábado y domingo.

Cada 22 de abril había una velada luctuosa la noche antes y las actividades reunían a cientos de personas. Ahora, nadie sabía siquiera si la iglesia abriría el templo, por lo que casi nadie acudió. «Es muy triste ver esto», reconoció Roberto Hernández, uno de los promotores de la preservación del templo.

A su vez, reconoció que el perder el espacio, podría provocar que se olvide a las víctimas, pues la capilla es considerada como el principal memorial ya que está justo en el lugar donde ocurrieron los hechos.

Además, a esto se le suma que las autoridades ya se olvidaron de las víctimas. Este año, no acudieron a la capilla a llevar, al menos, el tradicional arreglo floral. Tampoco han abierto las puertas de los gobiernos municipal y estatal para tratar de mediar la situación de la capilla.

Incluso, el memorial ubicado entre Gante y Gabino Barreda está en completo abandono. Es un espacio que utilizan como basurero y las autoridades no quieren acceder a que los vecinos se apropien del lugar.

EH