Violeta Meléndez

Guadalajara, México (13 febrero 2024) .-05:00 hrs

A 16 años de la muerte del niño Miguel Ángel tras caer al Río Santiago e intoxicarse, su deceso y el de 2 mil personas permanecen impunes. Crédito: Archivo

A 16 años de la muerte del niño Miguel Ángel Rocha, tras caer al Río Santiago e intoxicarse por los niveles de arsénico que registró, su deceso y el de más de 2 mil personas que han fallecido por enfermedades relacionadas con la contaminación del cauce, permanecen en la impunidad.

Colectivos de activistas han contabilizado, con corte al año pasado, un total de 2 mil 347 personas fallecidas por padecimientos atribuidos a la contaminación industrial que recibe el cauce, desde insuficiencia renal, cáncer, malformaciones e incluso enfermedades raras, según los activistas Raúl Muñoz Delgadillo y Enrique Lira Coronado.

Un 11 de febrero de 2008, Miguel Ángel López Rocha, en ese entonces de ocho años de edad, cayó al Río Santiago a la altura del fraccionamiento La Azucena, donde fue rescatado y enviado a recibir atención médica.

Sin embargo, dos días después falleció y al hacer estudios sanguíneos encontraron altos niveles de arsénico. Desde entonces, el Río Santiago cobró atención internacional por el grado de peligro que supone su carga contaminante.

No conforme con ello y con sendos intentos por mejorar su condición, el río no ha mejorado. MURAL publicó el 6 de febrero que lejos de incrementarse el saneamiento de aguas negras que se vierten al cauce -tras una inversión de 5 mil millones de pesos en la actual Administración estatal-, el volumen de agua tratada en la cuenca ha bajado.

Mientras en el año 2022 se sanearon 8 mil 972 litros por segundo de aguas negras del cauce, el año pasado lo cerró con 8 mil 798 litros por segundo, sin contar la contaminación por fuentes industriales que es la que contribuye con sustancias peligrosas.
Además, los niveles de oxígeno disuelto en el río aún son insuficientes para albergar vida. En una revisión realizada al Sistema de Calidad del Agua de la CEA se refleja que de los 65 resultados obtenidos en 2023, en las 13 estaciones que se monitorean del Río Santiago, 41 resultaron fuera de norma en oxígeno disuelto.