por Agustín del Castillo / ntrguadalajara.com

 4 de Julio de 2023, 06:00 –

DEFENSA. Los comuneros señalan que De la Cruz Carrillo no ha faltado el respeto a su pueblo ni a su cultura. (Foto: Archivo NTR/GP)

Los intereses mineros que se han visto afectados con la defensa de Wirikuta (Cerro Quemado) en Real de Catorce, sitio de peregrinación centenario de los moradores de la Sierra Madre Occidental, en Jalisco, Nayarit y Durango, financian grupos locales de San Luis Potosí para golpear esa defensa, advirtió uno de los dirigentes en Bancos de Calitique, Cohamiata o San Hipólito, que hoy está en territorio duranguense, Santos de la Cruz Carrillo.

El dirigente obtuvo el respaldo de las autoridades tradicionales, civiles y agrarias del poblado cuya restitución territorial es reciente, pero que también ha volcado su interés en proteger los territorios orientales, los cuales en la cosmogonía de los grupos originarios de estas montañas son “el lugar donde nace la vida” y posiblemente el sitio más importante de los devotos de dicha cultura.

Los comuneros consideraron “difamaciones” los señalamientos en contra de Santos de la Cruz, vertidos por la Unión de Ejidos Chichimecas del Altiplano y publicados el 29 de junio en un diario del estado de San Luis Potosí.

“En dicha publicación se hace referencia a nuestro compañero, sin sustento ni prueba alguna, acusándolo de saqueo de peyote en el territorio de Wirikuta […] rechazamos tajantemente esos señalamientos y manifestamos nuestro total apoyo a nuestro hermano”, señalan en un comunicado oficial difundido ayer.

Los comuneros hacen un recuento de la trayectoria de quien ha fungido no solo como líder agrario, sino como abogado en las diferentes disputas comunales, entre lo que destaca, además de mantener a Wirikuta sin explotaciones mineras, la restitución de la propia comunidad de Bancos de San Hipólito, la cual era originalmente un anexo de San Andrés Cohamiata y quedó en el olvido con los desplazamientos que sufrió la comunidad madre por parte de intereses políticos y ganaderos de Nayarit y Durango, que dieron vida a una comunidad diferente en el anexo de Guadalupe Ocotán, originalmente dominada por mestizos, mientras los territorios wixárikas que se quedaron en Mezquilan, Durango, fueron entregados al ejido San Lucas de Jalpa.

Además, Bancos de San Hipolito logro recientemente la restitución de casi 10 mil hectáreas, labor en la que fue esencial el trabajo de Santos de la Cruz como gestor jurídico. Respecto al tema Wirikuta y la planta sagrada, los comuneros agregaron:

“Hemos sido testigos de que nuestro compañero, tanto antes y durante su encargo, nunca faltó el respeto a sus representantes ni a su pueblo ni a su cultura, como tampoco cometió irregularidades ni actos que contravengan los intereses de su comunidad; por el contrario, siempre ha defendido a su pueblo ante todo tipo de injusticias, esto es, bajo la encomienda como ya lo dijimos de las asambleas comunitarias…”.

El peyote o jícori es la más sagrada de las plantas del mundo wixárika, pues la consideran un potente vehículo de su encuentro con los dioses. Pero como alucinógeno, su potencial de mercado ha sido explotado y hoy está en riesgo.

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