
- Habitantes de Tala volvieron a protestar este domingo en la Cabecera municipal. Foto: Cortesía
Violeta Meléndez/mural
Guadalajara, México (29 agosto 2021).- Aunque Caabsa adquirió 38 hectáreas del ejido Tala para construir el nuevo basurero metropolitano, los ejidatarios aprobaron este domingo en asamblea no permitir que se utilice el camino que atraviesa sus tierras para otros fines que no sean los agrícolas.
Con esta determinación, los posesionarios de las más de mil 200 hectáreas vecinas al proyecto de relleno sanitario y planta de separación acotan la posibilidad a Caabsa de acondicionar el camino para el paso de los camiones de basura.
«La asamblea se desarrolló tranquila, sin confrontación y el acuerdo fue prácticamente sobre el camino ejidal que se van a buscar los medios para que el camino siga siendo para fines agrícolas, sacar cosechas y todo lo relacionado con agricultura», dijo en entrevista el comisario ejidal, Gerardo Ruiz.
«Se habló de un Amparo, al final se decidió que se va a hacer una mesa de trabajo con diferentes ejidatarios del núcleo ejidal para, con la representación nuestra, ponerse a trabajar para buscar los medios que más pudieran favorecer a los compañeros vecinos (del proyecto)».
Dentro de la manifestación de impacto ambiental que autorizó la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), se reconoce que entre los efectos negativos del relleno sanitario es la devaluación de los predios vecinos, ya que la basura enterrada degradaría el paisaje.
Además, en la zona que actualmente está cubierta de cultivos agrícolas, se prevé construir una fosa de lixiviados que no serán tratados, sino recirculados para que se evaporen, lo que ocasionará que la contaminación se concentre en el sitio.
Debido a éstas y otras implicaciones, habitantes de Tala volvieron a protestar este domingo en la Cabecera municipal y pidieron el apoyo de los ejidatarios para emprender acciones legales contra el proyecto, pues con el antecedente de Laureles advierten un foco de contaminación en la zona.
Aunque las autoridades han asegurado que se trata de un Centro Integral de Economía Circular, la autorización de Semadet advierte que de las 38 hectáreas del proyecto, sólo una y media será para la planta de separación, mientras 25 hectáreas se utilizarán para la disposición final de los residuos, es decir, donde se enterrará la basura.
