Paulina Fonseca/Mural

Guadalajara, México (20 septiembre 2025) .-05:00 hrs

Adaptar la producción agrícola a factores como el aumento de temperatura y la escasez de agua podría mitigar las afectaciones por el cambio climático, señala experto. Crédito: Archivo

El aumento en las temperaturas, el cambio en el comportamiento de plagas y la escasez de agua, son consecuencias del calentamiento global y el cambio climático que, a la vez, afectan la producción agrícola.

Para Edgar Arturo Orozco Moreno, profesor de la carrera de Ingeniero Empresarial Agropecuario en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), la agricultura y la actividad pecuaria trae un gran desarrollo económico en las regiones del Estado donde prolifera.

Algunos de los principales cultivos, que también son exportados, son el aguacate, las berries
(frambuesa, fresa, etc.) y el agave; la parte alta de Jalisco es líder en producción de huevo.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2022), Jalisco es una de las seis entidades federativas que concentra el 63.8 por ciento de la producción nacional de granos, como arroz, cebada, trigo, frijol, maíz blanco, maíz amarillo, sorgo. También es una de las seis entidades que concentran el 65 por ciento del cultivo de los principales frutos que se producen en el país, como aguacate, cacao, piña, coco, fresa, guayaba, limón, manzana, mango, naranja, nuez, papaya y plátano.

Sin embargo, la producción de estos insumos se ha visto afectada por los cambios en el planeta. Orozco Moreno menciona que es algo que debe ser estudiado y solucionado para mitigar el impacto en la productividad, así como los efectos del sector agrícola en el ambiente.

«La radiación se mide por kilowatts por metro y hemos visto que ha ido aumentando. Eso provoca que las plantas estén más estresadas, que bajen su calidad, su productividad y por lo tanto tengamos que hacer más uso del agua, donde el agua que la podemos perder simplemente por la evaporación que se genera en el suelo y que es agua que nunca absorbe el cultivo, es agua que nunca se traslocó a los frutos, a las hojas, simplemente el ambiente lo evaporó y eso nos está generando mayor gasto de agua con mayor frecuencia», ejemplifica.

Otro aspecto a destacar es el uso de los agroquímicos, ya que, aunque algunos productores han hecho modificaciones para adaptarse a los cambios ambientales, incluyendo las genéticas, hay otros que no lo han implementado.

«Lo que nosotros tratamos de hacer es concientizar de que el cambio climático es parte del por qué no funcionan algunos agroquímicos, por qué tenemos que regar más y que son cambios que nos tenemos que adaptar, pero para adaptarnos tenemos que entender, conocer por medio de la capacitación, la actualización y que hoy en día se está haciendo un un cambio generacional en la producción de alimentos», explica.

Orozco menciona la reducción en el crecimiento de plantas para el pastoreo del ganado como otra afectación del cambio climático.

Apostar por estrategias más sustentables en la producción es el balance entre la adaptación al nuevo estado del planeta y el cuidado del mismo, según el profesor. Esta noción es parte del sujeto de estudio de la agronomía.

«Agricultura es la explotación de los recursos naturales en beneficio al hombre o al humano.

«Y la agronomía es la aplicación de muchas ciencias, llámese finanzas, geología, entomología, fitopatología, fertilidad de suelos, bioquímica. Estamos midiendo la aplicación de la ciencia para mejorar, para medir tanto la productividad como el impacto que estamos teniendo. Para mejorar, para tener menos impacto en el ambiente, productos más inocuos y también para que siga siendo negocio para los agricultores», explica Orozco.

Una herramienta útil para aplicar la sustentabilidad es la medición de la huella hídrica, que son los litros de agua que se requieren para producir un kilo de jitomate, por ejemplo.

Otros retos del sector agrícola

Según Orozco, otros retos se podrían presentar en la comercialización de cultivos pues el mercado mexicano debería explorar otros mercados para la exportación, además de Estados Unidos y Canadá.

«Quizá pudiéramos abrir otros mercados muy importantes como Rusia, por ejemplo, es un País que es muy grande que realmente está buscando opciones de abasto, donde nosotros podemos tener allí una opción, mientras en Sudamérica están buscando países en Asia, Europa, quizá van a estar muy atascados esos mercados», dijo el profesor.

La falta de mano de obra es otro reto, que también podría estar vinculado al calentamiento global. De acuerdo con el especialista, el trabajo en los campos de cultivo se vuelve más pesado por el calor y el sol, lo que desmotiva a los trabajadores.

Para enfrentar algunos de estos desafíos, se ha buscado impulsar denominaciones de origen, como el chile yahualica, la raicilla y el tequila, así como buscar la soberanía alimentaria.

«Lo que se está haciendo actualmente es la llegada de compañías transnacionales para producir los alimentos aquí y ellos, una de dos, o ponen a nuestros productores a trabajar, o simplemente ellos desarrollan toda su infraestructura, ellos producen y ellos exportan. Entonces, está habiendo un cambio y tenemos que ver qué va a pasar para que el campo o estos números de exportación no queden en manos de transnacionales», manifestó.

Así lo dijo…

«Lo que nosotros tratamos de hacer es concientizar de que el cambio climático es parte del por qué no funcionan algunos agroquímicos, por qué tenemos que regar más y que son cambios que nos tenemos que adaptar».

Edgar Arturo Orozco,
Profesor de la UAG

En aumento

Algunos cultivos han experimentado un incremento en el Estado.

– El cultivo de agave es uno de los principales de la agricultura a cielo abierto que incrementaron su superficie sembrada de 2007 a 2022.

– En 2007 se tenía una superficie de 155 mil 80 hectáreas, mientras que en 2022, eran 361 mil 475 hectáreas, lo que representa un aumento del 133 por ciento.

– El aguacate ha incrementado su producción un 140 por ciento, pues en 2007 se tenían 121 mil 44 hectáreas y en 2022, 290 mil 820.