Mariana Quintero/Mural
Guadalajara (20 febrero 2025)


Como una «afrenta a la sociedad» calificaron académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) la reactivación de la obra para construir una termoeléctrica en Juanacatlán.

En semanas pasadas la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, anunció la instalación de una planta de ciclo combinado en Jalisco, y días después el Gobernador, Pablo Lemus, afirmó ante la prensa que Juanacatlán era uno de los municipios que podría albergarla.

«Lo vemos como una afrenta a la sociedad. Creo que hay otras formas de solucionar problemas de energía y todo lo demás, ¿pero contraponer el futuro de la sociedad en términos ambientales por un ‘bien’ de corto plazo? A quién le va a servir eso, ¿a una nueva industrialización más extensiva en la zona?», señaló el Director del Instituto de Investigación y Estudio de las Ciudades de la UdeG, doctor Daniel González Romero.

El académico también apuntó que esta acción incluso contraviene con lo promovido a nivel Estatal y Federal sobre el saneamiento al Río Santiago.

«El tema ambiental de repente parece publicidad (…) para nadie es oculto que el tema ambiental es más un discurso que un tema de política pública y de acciones concretas», lamentó.

Por su parte Francisco Jalomo Aguirre, académico de la UdeG y Director del Diplomado en Desarrollo Sustentable, mencionó que el desarrollo de instrumentos como el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTMet), no han servido del todo para un mejor desarrollo de las ciudades.

«Los ordenamientos solo han servido hasta el momento para una sola cosa: llenar los archiveros de las oficinas públicas», dijo.

En el caso específico del Río Santiago, ambos académicos coincidieron con lo señalado por colectivos acerca de que este Plan privilegió el desarrollo de la industria en zonas aledañas al cuerpo de agua y no el resguardo de zonas de fragilidad ambiental.

También apuntaron que, pese a las inversiones millonarias para sanear la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, no se han visto mejoras.

«Entonces, ¿quién realmente está evitando que este problema tenga solución? Es complejo, porque la organización alrededor de la cuenca es muy difícil de corregir si no se corrige mediante normativas específicas», apuntó.