Maggie Urzúa/Mural

Guadalajara, México (05 enero 2025) .-05:00 hrs

Durante 5 años, la iniciativa vecinal de un centro de reciclaje se ha sostenido en el Coto Arauca, en la Zona Real de Zapopan. Crédito: Cortesía.

De una incipiente idea ciudadana nació un centro de reciclaje que sorteó obstáculos y transformó la cultura ambiental de todo el Fraccionamiento Arauca, en la Zona Real de Zapopan.

A Verónica García Cid le preocupaba el destino de los residuos generados en su condominio, donde, como en el resto de la Ciudad, el único modelo que funcionaba era sacar las bolsas de basura para que un camión las recogiera.

Era 2019 cuando su iniciativa prendió en otra vecina. Juntas buscaron asesoría, conscientes de que antes de emprender sería necesario reeducar para modificar un hábito… hasta dentro de sus propias familias.

«Cómo le hacías para tener una alternativa en tu condominio, en el lugar donde vives o en la comunidad donde vives, que sea fácil y no que sea sacar la basura y se lo lleven todo a un tiradero», fue su premisa.

De boca en boca, el grupo fundador creció a cinco vecinas. En casa comenzaron a llevar los desechos a centros de reciclaje. Intentaron persuadir a la administración del condominio, pero al inicio encararon resistencia.

«Había mucha renuencia y, sobre todo, la principal era en no invertir en proyectos que no consideraban que eran prioritarios», subrayó.

La prueba piloto

Su tenacidad fue ganando pequeñas batallas. Diseñaron una campaña de difusión y, con recursos propios, comenzaron la prueba piloto por seis meses en abril de 2019.

El proyecto creó un programa de recolección con horarios y fechas y, al final, los consejos de administración de los condominios Arauca I y II accedieron a darles un espacio para usarlo como centro de acopio.

Pero aún faltaba resolver cómo separar, cómo trasladar y con qué recursos humanos contarían.

«Hicimos guardias para programarnos dentro de nuestros horarios libres, que pudiéramos estar para decirle a la gente cómo iba a separar. Nos empezamos a documentar de cómo separar y clasificar.

«Empezamos a hacer separación de cinco grupos: plásticos transparentes, que era lo que es el PET; plásticos como lo son botes lecheros, cubetas; vidrio claro, oscuro y cartón», puntualizó García Cid.

Logran certificarse

Poco a poco los condóminos se acercaron, hasta de cotos vecinos llevaban desechos. La prueba piloto se superó, aunque significó el nuevo reto de cómo trasladar los residuos.

«Las llevábamos con un recolector. Él nos pagaba por este material y, de ahí, al principio creo que no alcanzaba ni para el gasto de la gasolina, porque en nuestros vehículos los llevábamos. Después empezamos a tener mucho material y se empezó a tener la problemática de que en qué vehículo», expuso.

Con el nuevo volumen de recolección, y por el trabajo previo, el proveedor ofertó cambiar la tarifa a cambio de hacer un taller de concientización.

El trabajo rindió frutos y en el 2020 la Consultoría Terra Íntegra otorgó un certificado ambiental al centro de reciclaje Arauca, tras obtener un total de 6.6 toneladas de residuos valorizables. Meses más tarde llegaron a 12 toneladas. Estimaron que el esfuerzo redujo las emisiones de huella de carbono y la no contaminación de 608 mil litros de agua.

Resisten altibajos

El proyecto tuvo embates durante la pandemia por Covid-19. Enfrentaron rumores internos, hubo cambios en los consejos de administración y en algún punto les retiraron el espacio prestado.

Inclusive, el mismo grupo emprendedor se deshizo. Verónica quedó sola y comenzó prácticamente de cero, pero resurgió por la voluntad vecinal. Alrededor de 30 familias de Arauca I se han ido acercando y hoy dan de nuevo forma al centro de reciclaje.
Sin embargo, para García Cid el mayor legado es impactar en la conciencia y la cultura ambiental.

«Las vecinas me empezaron a decir que conforme más empezaban a reciclar y separar, se empezaban a dar cuenta que había muchas cosas que generaban basura. Empezaron a modificar, inclusive, las maneras de comprar las cosas. Entre todos los vecinos se empezó a incentivar que en eventos no usáramos desechables. Nos dimos cuenta que, entre más te involucras en separar tus residuos, la basura que te sale es menos», abundó.

Arauca se localiza sobre la Avenida Ramón Corona de Zapopan, entre Aviación y Paseo del Anochecer.

LAS CLAVES

1. Comenzaron la iniciativa separando los residuos y llevándolos a un centro de reciclaje.
2. Diseñaron una campaña de difusión y arrancaron con una prueba piloto de un centro.
3. Obtuvieron un certificado ambiental en 2020 de la Consultoría Terra Íntegra.

FRASE

«Entre todos los vecinos se empezó a incentivar que en eventos no usáramos desechables. Nos dimos cuenta que, entre más te involucras en separar tus residuos, la basura que te sale es menos».
Verónica García Cid