por Sonia Serrano Íñiguez/ntrguadalajara.com

 29 de Enero de 2024, 06:00 –

FALTA AGUA. En el acuífero de Toluquilla hay un déficit de 75 millones 613 mil 513 millones de metros cúbicos anuales. (Foto: Archivo NTR/JAM)

En 2023, la recarga media anual del acuífero de Toluquilla fue de 49.1 millones de metros cúbicos (m3), la misma medida que aparece al menos en los reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de 2015, 2018 y 2020. Lo mismo ocurre con el acuífero de Atemajac, donde en todos los años la medida que aparece es de 147.3 millones de m3, con lo que se puede inferir que la dependencia federal no mide realmente el agua subterránea, lo que significa que las decisiones se toman sin saber cuánta agua hay disponible.

La situación es delicada, denunció el titular del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua, Juan Guillermo Márquez Gutiérrez, quien señaló que al revisar la situación de los acuíferos de los Altos encontró que cada año ese dato, que se usa para calcular la disponibilidad del agua, es el mismo, por lo que cree que eso podría ocurrir en todos los acuíferos del país; sin embargo, eso no es posible, pues cada año la cantidad de agua que llueve varía y las extracciones son diferentes.

Así, podríamos tener más agua de la que creemos en el subsuelo o los acuíferos podrían estar peor de lo que ha llevado a las vedas decretadas en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) y que impiden obtener más agua para el abasto.

Los datos más recientes sobre el agua subterránea de la urbe tapatía se publicaron el 9 de noviembre del año pasado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) a través del “Acuerdo por el que se actualiza la disponibilidad media anual de agua subterránea de los 653 acuíferos de los Estados Unidos Mexicanos, mismos que forman parte de las regiones hidrológico administrativas”.

Aunado a las dudas en las mediciones, en dicho documento se menciona también que tanto el acuífero de Toluquilla como el de Atemajac tienen déficits de millones de metros cúbicos anuales.

Para hacerles frente, la Conagua mantiene las restricciones en torno a estos acuíferos. En el documento de actualización del acuífero de Toluquilla recuerda que éste pertenece al organismo Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico y está sujeto a tres decretos de veda: el primero, que abarca las porciones centro y norte del acuífero, prohíbe por tiempo indefinido la “construcción o ampliación de obras de alumbramiento de aguas del subsuelo en los valles de Atemajac, Tesistán y Toluquilla, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de febrero de 1951”.

El segundo “declara interés público la conservación de los mantos acuíferos de la zona circunvecina a la veda de los valles de Atemajac, Tesistán y Toluquilla” y se publicó el 7 de abril de 1976 en el DOF, y el tercero, “declara interés público la conservación de los mantos acuíferos y se establece veda por tiempo indefinido para el alumbramiento, extracción y aprovechamiento de las aguas del subsuelo en la parte que corresponde a los municipios de Tomatlán, La Huerta, Cihuatlán y Tonalá”, y se publicó el 21 de septiembre de 1984.

A pesar de las vedas, si se toma como base la recarga anual y se descuentan las descargas de este acuífero se concluye que “no existe un volumen disponible para otorgar nuevas concesiones; por el contrario, el déficit es de 75 millones 613 mil 513 millones de metros cúbicos anuales”.

En el caso del acuífero de Atemajac, tiene dos decretos de veda compartidos con el de Toluquilla y publicados en 1951 y 1976. El censo de aprovechamientos más reciente es de 1996 y señala que tiene mil 509, de los que mil 78 son pozos y 431 norias.

Al igual que en el de Toluquilla, en este acuífero la Conagua señala que “no existe volumen disponible para otorgar nuevas concesiones; por el contrario, el déficit es de 12 millones 679 mil 410 metros cúbicos anuales”.

Al respecto, Juan Guillermo Márquez consideró que ante los problemas de agua que enfrenta la ZMG es delicado que los valores para calcular la disponibilidad en el agua subterránea no se actualicen y se mantenga como dato que están sobreexplotados.

Afirmó que la recarga media anual no puede ser la misma cada año porque “depende de la cantidad que llovió y la cantidad que se está infiltrando. Ese valor nunca va a ser el mismo”.

Lo anterior significa, enfatizó, “que no sabemos realmente en qué estado se encuentran los acuíferos. Podemos estar peor en muchos casos y en algunos podemos estar en mejores condiciones”.

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