
por Lauro Rodríguez/ntrguadalajara.com
30 de Noviembre de 2023, 06:00 –
INTERÉS. La organización internacional expone en su investigación que a Estados Unidos no le preocupa la sostenibilidad del cultivo de aguacate, sino que el producto llegue a sus tierras. (Foto: Especial)
Una investigación de Climate Rights International (CRI) evidenció cómo la agroindustria aguacatera arrasó con al menos 19 mil 121 hectáreas (ha) de bosques entre 2017 y 2022 en Jalisco. Las huertas se instalaron fuera de la legalidad, pues las autoridades mexicanas no emitieron autorizaciones; sin embargo, al final las certificaron.
El trabajo de la organización internacional, titulado El saldo insostenible de la expansión aguacatera y publicado el martes, contempló el análisis de datos oficiales, revisión a imágenes satelitales, entrevistas a más de 200 personas de Jalisco y Michoacán, entre más acciones.
Según el CRI, datos oficiales de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) indican que entre 2017 y 2022 la deforestación en el estado alcanzó a 5 mil 157 ha; sin embargo, un ex funcionario de la dependencia consultado por la organización, y del cual se resguardó el nombre, indicó a ésta que el impacto sería de 19 mil 121 ha.
“El análisis halló que la deforestación que tuvo lugar en ese período para la producción de aguacates en el estado podría ascender incluso a 47 mil 251 acres (19 mil 121 hectáreas), si se toman en cuenta huertas que probablemente sean de aguacates, pero que no han sido verificadas, según un ex funcionario con conocimiento directo del análisis”.
En contraste, en ese tiempo Jalisco obtuvo una certificación para que al menos 10 municipios pudieran exportar aguacates a Estados Unidos. Ocho de ellos tienen huertas instaladas en zonas deforestadas de forma ilegal, pero las autoridades mexicanas y las estadounidenses igual les entregaron la certificación.
“La próxima vez que usted coma guacamole existe el riesgo serio de que se haya elaborado con aguacates cultivados en tierras deforestadas ilegalmente, utilizando agua robada, en una región de México donde los pueblos indígenas y otros residentes enfrentan violencia e intimidación por defender el medioambiente”, alerta CRI.
EU QUIERE PRODUCTO, NO SOSTENIBILIDAD
Las autoridades jaliscienses han mencionado que será el mercado internacional el que regule, mediante certificaciones, la agroindustria aguacatera y la depredación de los bosques; sin embargo, el CRI alerta que a Estados Unidos lo que le preocupa es que llegue el producto, no que haya sostenibilidad.
La organización accedió a documentos de las autoridades mexicanas y estadounidenses que muestran que el gobierno federal pidió por escrito a su homólogo vecino no otorgar certificaciones a huertas con deforestación ilegal; sin embargo, EU se negó y ante el crecimiento de la demanda del producto decidió aprobar que Jalisco también enviara producto. Antes sólo lo hacía Michoacán.
“Climate Rights International obtuvo documentos, a través de la ley de transparencia de México, que indican que los funcionarios estadounidenses no actuaron en función de una propuesta presentada a ellos en 2021 por altos funcionarios ambientales mexicanos, que sugería agregar una disposición al acuerdo bilateral PTO (Plan de Trabajo Operativo) que prohibiera la certificación para exportación en el caso de huertas ubicadas en tierras deforestadas ilegalmente. En vez de adoptar esta protección ambiental en el PTO, más tarde ese año las autoridades estadounidenses hicieron otro cambio al acuerdo de exportación: aprobaron a Jalisco como el segundo estado, después de Michoacán, con permiso para exportar aguacates a Estados Unidos”.
CRI recuerda que en México es obligatorio obtener un permiso federal para cambio de uso de suelo forestal a agrícola, lo cual aplica también para el aguacate; sin embargo, “no se expidió ninguno en Jalisco entre 2011 y 2022, y sólo se expidieron nueve en el estado para plantaciones de aguacate entre 2000 y 2010, según registros obtenidos por Climate Rights International a través de la ley de transparencia de México”.
Es decir, la totalidad de huertas instaladas entre 2011 y 2022 y casi la totalidad entre el 2000 y 2010 son ilegales, pero están certificadas para enviar aguacate a EU.
Las autoridades estadounidenses también ignoraron una carta enviada por un jalisciense al que le invadieron su territorio de forma ilegal para la plantación de aguacate.
“A pesar de nuestra constante negativa a vender algunas fracciones o la totalidad del terreno de nuestra propiedad… ya se han invadido y deforestado más de 59 hectáreas”, dicta parte de la carta enviada a las autoridades estadounidenses, conseguida por CRI vía transparencia en EU.
En el estudio de la organización también se muestra cómo los cambios de uso de suelo ilegales inician en forma de incendios. Primero se queman los bosques, luego se tala lo que quedó y al final se planta aguacate.
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