
por Lauro Rodríguez/ntrguadalajara.com
3 de Octubre de 2023, 06:00 –
SIGUE. El colectivo recordó que el crecimiento industrial en torno al río no ha cesado. (Foto: Archivo NTR/JAM)
El colectivo Un Salto de Vida señaló que la inversión multimillonaria realizada por el gobierno de Jalisco en el río Santiago sigue sin ser suficiente para sanearlo. A través de un pronunciamiento, apuntó que aún no se está atendiendo el problema de fondo y por ese motivo las acciones no funcionan.
Las y los integrantes del colectivo, quienes son habitantes de El Salto y Juanacatlán, principalmente, señalaron que uno de los puntos débiles de la estrategia es la falta de atención a las descargas industriales.
“El gobierno del estado presume de una estrategia integral multimillonaria con la que aseguran se podrá recuperar la calidad de agua y la salud de la población; sin embargo, el crecimiento industrial no ha cesado. Los corredores industriales y los proyectos inmobiliarios en la cuenca del Ahogado avanzan de manera incesante y las propias acciones de tratamiento de aguas con la PTAR (planta de tratamiento) El Ahogado son únicamente para abastecer de agua a la zona industrial de El Salto y para entregar agua de mala calidad a las poblaciones de Tlajomulco, pero no para que llegue agua limpia al río Santiago”, señalaron en un comunicado.
Aunado a lo anterior, la organización añadió que el gobierno federal tampoco hace su trabajo para evitar las descargas industriales en el río Santiago. La Conagua, recalcó, no quiere atender las exigencias de los pobladores.
Además de las descargas industriales, también hay otras fuentes contaminantes que no son atendidas por las autoridades de ningún nivel de gobierno.
“Se han omitido en los informes del gobierno del estado otros tipos de fuentes fijas de contaminación que existen, como son los basureros municipales y metropolitanos que escurren lixiviados tóxicos a los mantos freáticos y hacia arroyos que terminan en el río Santiago, principalmente Picachos y Hasar’s, que operan oficialmente, Los Laureles, Matatlán y Copala, que a pesar de estar cerrados siguen segregando contaminantes”.
Desde hace un par de semanas el colectivo inició una campaña para exigir a las autoridades federales que frenen las descargas industriales que llegan al río, pero su voz no ha sido escuchada.
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