
Mariana Quintero/Mural
Guadalajara, México (05 agosto 2023) .-05:00 hrs
La clausura el jueves del Rastro Municipal de Tonalá por parte del Ayuntamiento y Proepa fue un alivio para las y los vecinos de la zona, quienes aseguraron que desde hace más de 15 años lidiaron con problemas como olores fétidos e incluso el brote de sangre y vísceras desde las alcantarillas.
Sin embargo, para los introductores, el cierre de este espacio representó un freno a su fuente de trabajo.
«Yo estoy de acuerdo (con la clausura) porque el rastro estaba muy mal. Los olores, la sangre, las ratas, de todo; teníamos dolores de cabeza náuseas (…) anoche hasta dormí a gusto, ya no oíamos a los puercos cuando los matan», compartió Mario Guzmán, quien vive a menos de una cuadra del anterior matadero.
Con él coincidió Rosa, comerciante de la zona. Dijo que continuamente los vehículos que traían animales al rastro se estacionaban fuera de su negocio, lo que ocasionaba que hubiera malos olores por el excremento y muchas moscas.
«Era molesto, había una pestilencia, en el mes de mayo era un olor fétido, mis clientas decían que les brotaba la sangre y las tripas», dijo.
Por su parte, Juan Carlos Rodríguez comentó que la clausura del rastro generará un ambiente más salubre, sin embargo, lamentó la pérdida de trabajo de quienes laboraban ahí.
«Creo que es una mejora en cuanto a los olores que despedía, pero también se ven afectadas varias personas, varios comerciantes, porque generaba empleos (…) pero hablando en temas de salud, que lo hayan cerrado sí ayuda bastante», comentó.
MURAL conversó con un par de introductores, quienes prefirieron omitir su nombre; relataron que la clausura se dio sin previo aviso, incluso después de haber tenido una reunión con autoridades del Ayuntamiento el viernes pasado en la que, según dijeron, se había llegado a un acuerdo para mejorar las condiciones del matadero.
Señalaron que, en promedio, se mataban alrededor de 50 reses diarias en ese punto, mismas que ahora tendrán que mantener en sus corrales.
Quienes necesitan la carne para sus negocios, también dijeron sentirse afectados por el cierre.
«Voy a empezar a batallar para surtir a mis clientes, era un lugar que nos quedaba a la mano entonces ahora vamos a tener que buscar otras opciones que nos afectarían en traslados, costos», dijo Juan Padilla, vendedor de menudo quien surtía alrededor de 200 kilos de carne al día.
