por Agustín del Castillo/ntrguadalajara.com

 8 de Mayo de 2023, 06:00 –

VIDA HUMANA. El incendio en El Carrizal dejó un brigadista muerto y mil 200 hectáreas quemadas. (Foto: Especial)

Los tres grandes incendios que se han sucedido en la sierra de Tapalpa desde el 28 de abril –han afectado 4 mil 300 hectáreas, según las cifras oficiales– eran evitables con esa dimensión destructiva, pero no se aplicaron medidas de manejo de combustible eficaces. En algunos puntos de esos bosques quemados había 60 toneladas de material seco por hectárea, fruto de años de nulo manejo.

El primer gran incendio en la sierra se registró en el predio El Carrizal, en Tapalpa, afectó mil 200 hectáreas y dejó un brigadista muerto. Ese mismo día comenzó otro en el paraje San Cayetano/Piedra de la Lumbre, en Atemajac de Brizuela, y dañó 500 hectáreas, y para el 30 del mes pasado inició el más intenso en Las Guásimas, entre Chiquilistlán y Atemajac, el cual dañó 2 mil 600 hectáreas.

“Puedo decirte que una rápida evaluación de los sitios me lleva a concluir que no han tenido manejo o que no se habían quemado por mucho tiempo; había de 25 a 60 toneladas de material combustible por hectáreas cuando un bosque razonablemente bien manejado sólo mantiene unas 10 toneladas para que los procesos biológicos se puedan dar y se disminuya el riesgo”, afirmó Alfredo Nolasco Morales, asesor del fraccionamiento ecológico Mazati, en Tapalpa, y quien apoyó el combate de los siniestros. El bombero forestal fallecido en El Carrizal, Manuel Alejandro Justo Hernández, pertenecía a la brigada del fraccionamiento.

El también ex director del programa de manejo de fuego en la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y el experto en la materia por la Universidad de Guadalajara (UdeG) Enrique Jardel Peláez coincidieron ante NTR en que se necesitan prevenir los incendios para disminuir su impacto destructivo, pero son décadas en que las instituciones y los políticos siguen sin entender lo importante que es invertir después de las lluvias para minorar los efectos del fuego, a la larga, mucho más barato que apostar todo al combate.

SUSCEPTIBILIDAD, DESDE HACE AÑOS

La situación de los bosques de la sierra de Tapalpa ha llamado la atención desde hace décadas, cuando apenas despuntaba como destino turístico.

Según el artículo Índices de riesgo de incendio en la Sierra de Tapalpa, estado de Jalisco, a cargo de Alfredo Martínez Moreno, José Germán Flores Garnica y Juan de Dios Benavides Solorio, y publicado en junio de 1990 en la revista Ciencia Forestal en México, desde entonces 21.8 por ciento de la zona presentaba un “índice alto” de incendio.

¿Cómo se llegó a esa conclusión? Tras analizar 49 predios con 8 mil 68 hectáreas y 2 mil 900 sitios muestreados, así como por medio de un monitoreo de la hojarasca, topografía, material combustible, vegetación, servidumbre, aprovechamientos, actividades agropecuarias y climatología.

De las cerca de 2 mil hectáreas con alta susceptibilidad a fuego incontrolable, la publicación menciona “que las áreas que requieren atención inmediata son los conjuntos prediales de El Carrizal, Las Ánimas y Las Piedras, debido a que (…) presentan un alto contenido de material combustible, combinando una topografía accidentada”, por lo que “se recomienda practicar quemas controladas y remoción de material combustible”.

Casi 23 años después de la publicación, El Carrizal alojó el devastador incendio de copa (el de tipo más destructivo, pues mata árboles adultos completos) del 28 de abril de 2023.

PASA EN TODO JALISCO

Por su parte, Enrique Jardel sostuvo que muchos predios forestales en Jalisco carecen de acciones preventivas, lo que lleva a que con el paso de los años el material acumulado sea en enormes volúmenes. Así, el fuego tiene más de qué alimentarse, por lo que controlarlo y reducirlo se torna complicado, lo que se conjuga con la muy baja humedad residual, y con vientos que alcanzan altas velocidades y que mueven motas de fuego a espacios en condiciones similares de acumulación, además de la orografía accidentada.

“Prevenir siempre es mejor que curar y más barato”, secundó Nolasco. Por ahora, el programa de combate de incendios mexicanos tiene reputación internacional porque hace mucho con pocos recursos económicos. “Los estadounidenses pueden gastarse en 15 días el presupuesto que tenemos en México para todo un año”, añadió Jardel.

Llama la atención sobre la creciente complicación de combatir incendios: el futuro nos alcanzó. El cambio climático es difícil de determinar, pero presente en la volatilidad de los elementos. A la dificultad natural, se suma la mala gestión territorial: usar el fuego sin control ni medida suele derivar en incendios incontrolados. Pero Tapalpa, lo mismo que La Primavera y Mazamitla, se añade un patrón de urbanización que mete a muchos a vivir en el bosque.

“Y como en California, vivir en un bosque, sobre todo si no está manejado, representa riesgos muy altos, contra el patrimonio y la vida de las personas”, puntualizó Jardel Peláez.

Los megaincendios de la temporada

El Carrizal, en Tapalpa – 1,200 hectáreas

San Cayetano/Piedra de la Lumbre, en Atemajac de Brizuela – 500 hectáreas

Las Guásimas, entre Chiquilistlán y Atemajac – 2 mil 600 hectáreas

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