
- María Concepción Vargas, cultiva sus propios alimentos. Foto: Maricarmen Galindo
Mariana Quintero / Mural
Guadalajara, México(30 abril 2023).-
Por más de una década, la canasta básica de María Concepción Vargas, habitante de la Colonia Santa Cruz del Valle, en Tlajomulco, ha estado compuesta por frutos orgánicos.
A raíz de sus males pulmonares decidió comenzar a sembrar sus propios alimentos con el propósito de evitar que los plaguicidas entren a su cuerpo. Para ella, cada una de sus cosechas es equivalente a una dosis de «levanta muertos», lo que ha sido provechoso para sobrellevar sus enfermedades.
«Desde 2010 pertenezco a la Red de Mujeres Defensoras y a partir de ese momento empecé a sembrar para rescatar mi vida, y hasta ahorita no pienso tirar la toalla. Los plaguicidas son altamente contaminantes y es horrible pensar que no puedo comerme los alimentos porque sé que están envenenados», relató.
La semana pasada, Ana Bárbara Torres Rodríguez, académica de la Universidad de Guadalajara (UdeG), alertó sobre la residualidad que dejan los plaguicidas en la orina tras consumir alimentos que fueron rociados con ellos.
Lo anterior, según un estudio realizado a 21 infantes de Ciudad Guzmán, en el que se advierte sobre el uso de los neonicotinoides, entre ellos el imidacloprid, característico por ser son altamente tóxico debido a que persiste su presencia en los alimentos a pesar de hervirlos o desinfectarlos, incluso, su uso ha sido prohibido por la Unión Europea.
Además, si hay una exposición crónica a este tipo de plaguicidas (estar expuesto durante un tiempo prolongado a pequeñas dosis), es probable que haya daños al sistema neuronal que pueden causar enfermedades como el autismo y afectaciones a órganos como el riñón y el hígado.
Para Gregoria De Jesús Díaz, habitante de la comunidad de Agua Caliente, en Poncitlán, donde son recurrentes los males renales debido a la contaminación del agua, es indispensable que en conjunto se empiece a pensar en la forma de cultivar alimentos libres de estas sustancias debido a las implicaciones que tienen para la salud.
«Ahorita lo que he cultivado es lo más básico: chile, cilantro, jitomate, lechugas, col. Hasta eso sí, se ha dado, quisiera que más personas tuvieran este conocimiento para mejorar la forma de vivir de su descendencia, hijos, nietos, todo, y ojalá que por parte del Gobierno hubiera personas más adentradas en la comunidad para enseñarles cómo cultivar alimentos sin químicos», dijo.
