El año pasado, los vecinos de Arcos Guadalupe se manifestaron contra la realización de eventos como Calaverandia y Navidalia, que se pretendían realizar en el Parque Metropolitano. Foto: Archivo

Alejandra Carrillo/ Mural

Guadalajara, México(06 febrero 2023).- Muchas de las luchas por los espacios verdes que quedan en la Ciudad comenzaron hace años.

El tema ha vuelto a los titulares después de los embates que han recibido sus defensores en El Parque San Rafael, por ejemplo, donde los vecinos no han podido parar la tala de árboles para la construcción de un vaso colector y la construcción de torres habitacionales, o el Parque Resistencia Huentitán que por el plan de construcción de Iconia llevó a tres estudiantes a prisión preventiva por invasión a la propiedad privada.

Sin embargo estas luchas empezaron mucho antes: los vecinos de la colonia Arcos Guadalupe han defendido el Parque Metropolitano y sus alrededores desde 2015.

Comenzó con la amenaza al parque Arcos de Guadalupe, un predio cercano al Metropolitano, en la calle Brahms y Luis Gonzaga, que los mismos vecinos habían ayudado a arbolar desde los orígenes de la colonia en los años 80, fue destinado en comodato al club de futbol americano Carneros, en 1989 y, aún cuando el comodato había vencido, ahí mismo el equipo realizó sus actividades deportivas hasta 2012.

Cuando por fin se fueron el predio se utilizaba por los vecinos para actividades recreativas.

«Hacíamos kermeses, juegos, era parte de nuestra identidad, es un lugar de comunidad», explica Diana Bernal, representante vecinal de la colonia.

Hasta que una mañana a finales de 2014 los vecinos se levantaron con la tragedia de que en ese mismo predio habían talado más de 80 árboles sin previo aviso y habían estacionado coches del grupo Dalton Toyota.

Sin que nadie les avisara, se había otorgado una licencia de construcción donde, a pesar de muchas oposiciones, manifestaciones y discusiones legales, se construyeron finalmente dos torres de 25 pisos y una plaza comercial: Plaza VD Galerías.

«Ha sido una serie de maltratos y de impunidad. Se han valido de todo tipo de triquiñuelas para no respetar los planes parciales, nos han arrastrado en manifestaciones, nos han amenazado cuando intentábamos dar información a otros vecinos de lo que ocurría», explica Diana.

«Pero no nos rajamos, ninguno, aquí hay gente mayor en la resistencia que dicen que podrían morir luchando. Estoy orgullosa de los vecinos, no somos tantos pero el corazón aquí está y eso es importante porque esto es un desgaste físico, mental, emocional y tenemos que ser fuertes, yo realmente culpo a Zapopan y a nuestro Estado de habernos arrebatado la paz con la que vivíamos porque ahora vivir simplemente es resistir porque un día ya te cortaron la luz, ya te tumbaron el árbol, ya te hicieron un hoyo en el parque ya te pusieron un local, ya te quitaron la casa: eso no es calidad de vida. Nosotros teníamos una vida y nos la arrebataron», advierte Diana.

Pero no pierden la esperanza, el miedo no ha alcanzado a turbar su lucha.

Después de haber parado, el año pasado, que se realizara en el Parque Metropolitano los eventos privados Calaverandia y Navidalia, de la empresa Alteacorp, esa misma que organiza cada año GDLuz en la Ciudad, los vecinos exigen que se reparen los daños que se hicieron en las excavaciones previas.

«Cuando te quitan todo te quitan el miedo, como dicen. Esta es nuestra casa y tenemos todo el derecho del mundo a defenderla», explica Diana.

Aunque han sido ignorados por al menos tres administraciones municipales en Zapopan, los vecinos esperan que este año se les otorguen las escrituras del parque a la asociación vecinal o que, al menos, se les consulte en un comité para presentar los proyectos que se quieran hacer en el parque.

«Nosotros somos los vecinos, los que conocemos y hemos crecido en este parque y somos los principales afectados, no pueden ser que simplemente nos ignoren. Mira todo lo que hemos perdido, teníamos un ritmo de vida, de paz y tranquilidad y ellos nos los han arrebatado», dice Diana Bernal.

Ahora mismo estos y otros vecinos de colonias como Mexicaltzingo, San Rafael, Huentitán y las aledañas al bosque de Nixticuil, se reúnen para tomar acciones en conjunto, ya sea por la vía legal, la protesta y la acción directa, trabajan en un monitoreo de especies y planean reforestar las zonas donde ha habido tala para evitar el cambio de uso de suelo para la construcción de edificios.

«No vamos a dar un paso atrás, con la gente así como podemos, vamos a seguir resistiendo», dice Bernal.

Hora de publicación: 05:00 hrs.