por José Toral/ntrguadalajara.com

 5 de Diciembre de 2022, 06:00 –

DE ADORNO. En el tiradero existe una planta de tratamiento, pero no funciona tras haber sido desmantelada. (Foto: José Toral)

La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) autorizó al Ayuntamiento de Zapopan la ampliación del relleno sanitario de Picachos, ubicado al norte del municipio, en un predio contiguo de 12 hectáreas, a pesar de la oposición de habitantes de la zona. 

El proyecto, avalado oficialmente en julio, consiste en la sexta celda del relleno sanitario. Se estima que la ampliación permitirá enterrar la basura de Zapopan y también la del municipio de Guadalajara durante dos años y medio más. Se prevé que el espacio reciba 4 mil 200 toneladas diarias de desechos para almacenar más de 3 millones de toneladas durante los más de dos años de operación. 

La operación del basurero corre a cargo del Ayuntamiento de Zapopan y se considera que comience a recibir los residuos que el municipio de Guadalajara ya no podrá depositar en los basureros de Los Laureles y Matatlán, clausurados recientemente ante malos manejos de la empresa operadora Caabsa Eagle y la protesta de habitantes de Tonalá, El Salto y Juanacatlán. 

Sin embargo, habitantes de una docena de poblaciones rurales de Zapopan, autodenominados Pueblos de la Barranca del Río Santiago, rechazan el proyecto de ampliación por las afectaciones ambientales y a la salud que desde hace años padecen. 

Los pobladores señalan que, contrario a lo que afirman las autoridades, es constante que cuerpos de agua que atraviesan sus comunidades se contaminen con líquidos tóxicos provenientes de la basura, conocidos como lixiviados. 

“Ellos siempre niegan que contaminan, pero la realidad es otra, todo el tiempo han estado contaminando los arroyos y los manantiales, que son afluentes que van a dar al río Milpillas y luego al río Santiago”, afirmó Alejandro Mercado, vecino de Huaxtla. 

El habitante advirtió que árboles y sembradíos se han secado cuando los riegan con agua de los arroyos que reciben lixiviados de los basureros. Además, ha muerto ganado y ha habido daños a la salud. 

En la zona de carretera a Colotlán, al norte del municipio zapopano, también se ubican dos basureros cerrados en los años 90: Copalita y El Taray, los cuales no tuvieron procesos de remediación ambiental y monitoreo, por lo que a la fecha siguen emanando lixiviados que contaminan afluentes del río Santiago. 

BASURERO, SIN PLANTA PARA TRATAR 

Aunado al próximo crecimiento de Picachos, Mercado recordó que la planta de tratamiento de lixiviados que en 2012 se construyó en este vertedero con una inversión de 18 millones de pesos (mdp) no opera tras haber sido desmantelada de forma irregular. 

“En realidad ya no hay planta, ya toda la saquearon, está totalmente desmantelada, esa planta ya no existe”, afirmó. Su versión ha sido reconocida por las autoridades de Zapopan sin que existan procesos contra los responsables. 

Al no existir tratamiento de lixiviados para remover los contaminantes, el Municipio zapopano recurre a los procesos de recirculación, a partir de los cuales los líquidos son almacenados en lagunas de oxidación y son rociados encima de la basura a la espera de que se evaporen. 

“La recirculación es una simulación de un tratamiento, el tratamiento debe ser para evitar que siga entrando humedad (…) mientras sigas recirculando los lixiviados, estás posponiendo el problema”, advirtió sobre esta forma de administrar los residuos el académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Occidente, Gerardo Bernache Pérez. 

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