Por José Toral/ lider919.com 20/06/2022

Ante el reinicio de las obras de construcción de un vaso regulador dentro del parque San Rafael, habitantes organizados que se oponen a la tala de árboles proponen al SIAPA y al Ayuntamiento de Guadalajara que la obra para mitigar inundaciones se realice a través de colectores debajo de vialidades como Manuel M. Ponce, con la finalidad de respetar el área verde, explica la vecina e integrante del colectivo Unidos por Jardines de la Paz y Colonias Aledañas, Gabriela Cervantes.

«Ustedes dicen que este vaso regulador va a ser para mitigar las inundaciones, okay, que se haga el vaso regulador, pero que no se haga en este espacio, que lo hagan por la calle, que baje por historiadores, que lo metan por la calle de Manuel M. Ponce, que tiene una amplitud mayor; no utilicen el espacio del parque, el parque es un espacio público, no es para que le vengan a hacer obra pública ni infraestructura que va a impermeabilizar cuatro hectáreas; perfectamente cabe el vaso regulador, y no estarían afectando el interés público y de alguna manera dañando el parque, y tampoco tendría un impacto tan duro en el medio ambiente».

Además de la opción de construir el colector debajo de las calles, la activista también propuso al SIAPA utilizar el espacio que el propio organismo tiene a un costado del parque San Rafael para ahí crear el vaso regulador sin invadir el área verde ni afectar cientos de árboles.

Según el dictamen de la dirección de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Guadalajara, las obras del depósito pluvial del SIAPA afectarán más de 250 árboles de las especies sauce y casuarina, la mayoría ejemplares que crecieron de forma natural en el espacio de la obra durante los cinco años en que estuvieron detenidos los trabajos por la oposición de vecinos, quienes presentaron recursos legales por los daños ambientales de la obra.

Además, vecinos de la calle Mariano Azuela, donde el SIAPA planea introducir tubería para llevar agua hacia el futuro vaso regulador, temen daños en alrededor de 170 viviendas, debido a las vibraciones de la maquinaria.

Y el colectivo Unidos por Jardines de la Paz temen que el vaso regulador, que tendría capacidad de almacenar de forma subterránea hasta 21 mil metros cúbicos de agua debajo de unas proyectadas canchas de béisbol, en realidad sea utilizado para recibir aguas negras de decenas de torres habitacionales autorizadas en la zona, aunque las autoridades aseguran que ahí únicamente llegará agua de lluvia.

José Toral