• El objetivo del programa Jalisco Base Cero era que el camión recolector se llevara la basura separada. Foto: Jorge Rangel 

Violeta Meléndez / Mural

Guadalajara, México(16 mayo 2022).- A pesar de que en 2019 el Gobernador Enrique Alfaro presentó el programa Jalisco Base Cero para reducir casi al 100 por ciento el volumen de desechos urbanos, en el cual figuraba retomar la separación doméstica, en la actualidad este apartado se fue «a la basura» y ha tomado una ruta distinta, pues quedó fuera de los acuerdos entre Alcaldes metropolitanos.

Originalmente, Alfaro anunció que a partir de diciembre de ese año comenzarían los camiones recolectores a recibir la basura doméstica separada de las viviendas, por lo que se requeriría la colaboración de la gente para clasificarla en casa y entregarla como se pida.

Además, en Casa Jalisco, el 17 de septiembre de 2019, también se anunció que como parte del nuevo modelo de residuos, el basurero Picachos se convertiría en un Centro Integral de Economía Circular para enterrar la menor cantidad de basura y aprovechar los materiales al máximo.

Sin embargo, a dos años y medio de distancia, los Ediles metropolitanos olvidaron la reconversión de Picachos y acordaron el lunes pasado, en Junta de Coordinación Metropolitana, ampliarlo como relleno sanitario, con cuatro celdas más para la disposición final de los residuos.

Además, se habló de construir tres plantas de transferencia adicionales, las cuales sí estaban contempladas en el programa original de Jalisco Base Cero, pero se descarta la recolección diferenciada en casa a pesar de que la Ley Estatal de Gestión Integral de los Residuos señala es una obligación de los municipios.

Con esta determinación se favorece que la ciudadanía continúe generando altos volúmenes de residuos, que en el Área Metropolitana asciende a 5 mil 200 toneladas diarias, cuya recolección, transportación y disposición final genera mayores gastos a los municipios y ganancias para la empresa concesionaria, Caabsa Eagle.

Tan sólo Guadalajara gasta aproximadamente un millón de pesos diarios por este servicio, pero si se redujera la cantidad de desechos que se genera en las casas, dicha aportación disminuiría, así como los daños ambientales en suelo y atmósfera que provoca la basura.

Entre las externalidades que genera la falta de clasificación de los residuos y su disposición final en rellenos sanitarios tradicionales figuran los lixiviados, contaminación de suelo y agua, y la generación de gases efecto invernadero, responsables del cambio climático.