por Lauro Rodríguez / ntrguadalajara.com

 4 de Mayo de 2022, 06:00 –

(DUPLICAN SUPERFICIE. Las plantaciones de aguacate han tenido un importante incremento en el estado. En 2012 sólo se reportaron 11 mil 868 hectáreas (ha), pero para 2019 ya eran 23 mil 919.3. Foto: Especial)

El 24 de abril, el gobierno de Jalisco presumió que el Sistema de Información Agroalimentaria (Siap) del gobierno federal posicionó al estado como el mayor productor agroalimentario del país en 2021. En un comunicado, la administración destacó la agroindustria de aguacates y la de berries, pero lo que no dijo es que su producción se hace a costa de los recursos naturales del estado. 

En entrevista, el especialista en temas del agua Josué Daniel Sánchez Tapetillo señaló que datos oficiales indican que los cultivos de berries y aguacates están terminando con el agua, el suelo y los bosques de diversas regiones del estado. 

“Exportamos nuestra agua, nos quedamos con pasivos ambientales: la deforestación, la erosión y pérdida de suelo y eutrofización de ríos y lagos. Y, encima, se abandona al mercado interno al volverse el aguacate un alimento de lujo, como que algo no checa en ese modelo de negocio”, refirió. 

Apuntó que imágenes satelitales dan cuenta de cómo en los últimos 15 años paisajes verdes de Jocotepec, la sierra de Tapalpa y Zapotlán el Grande se pintaron de blanco con la llegada de invernaderos para producir moras que se comercializan, principalmente, en Asia, Estados Unidos, Europa… y no en México.  

Además de los invernaderos, las aguacateras son clave en que el agua de las regiones productoras se esté terminando, añadió el experto. 

“Hay muchos otros casos en los que la producción agrícola en invernaderos ha crecido exponencialmente, reduciendo el volumen retenido en la cuenca por infiltración, la posibilidad de recarga de los acuíferos y aumentando el escurrimiento. Es importante mitigar impactos”. 

Por su parte, el director del Centro de Investigaciones en Territorio y Ruralidad del Centro Universitario del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Alejandro Macías Macías, criticó que desde la administración de Aristóteles Sandoval Díaz se presuma al estado como “gigante agroalimentario” y a la fecha no se tomen acciones para revertir o mitigar el impacto ambiental de esta industria. 

Lamentó que en la actual administración se retome esta retórica y recriminó que el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Sergio Graf Montero, haya aceptado anteriormente que el estado está atado de manos para regular la industria del aguacate. 

AGUACATE, SÍ, PERO AGUA, NO 

El sur y el sureste de Jalisco albergan la principal zona productora de aguacate. De acuerdo con el Estudio Técnico de Aguacateras en el Estado de Jalisco, realizado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), en 2005 comenzó la expansión del llamado oro verde. 

Los principales productores de aguacate de la región, la cual acapara 70 por ciento de la plantación total en el estado, son Zapotlán el Grande, San Gabriel, Tuxpan, Jilotlán de los Dolores y Concepción de Buenos Aires. 

Según el estudio, en 2019 el sur de Jalisco produjo 133 mil 778.2 toneladas de aguacate con un valor de 2 mil 530 millones de pesos (mdp). 

En ese año se registraron 23 mil 919.3 hectáreas (ha) plantadas, mientras que en 2012 había sólo 11 mil 868 ha, es decir, en solo siete años se duplicó la superficie. Si se va más atrás en el tiempo, por ejemplo 2005, apenas había mil 384.5 ha. 

A la par del crecimiento aguacatero, sumado al crecimiento de invernaderos en el sur de Jalisco, el acuífero de Ciudad Guzmán se quedó sin agua. Este cuerpo subterráneo tiene el nombre de la ciudad, pero abastece a casi toda la región. 

Datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) indican que en 2009 el acuífero tenía agua de sobra. Entonces tenía una disponibilidad media de 102.84 millones de metros cúbicos (m3) de agua, pero tan sólo seis años después, en 2015, perdió esa reserva y además adquirió un déficit de 20.94 millones de m3. 

Para 2018 el déficit creció a 26.91 millones de m³ y en 2020 fue de 26.29 millones de m³. 

Reportan 6,189 intoxicaciones por agroquímicos; la mayoría, en el sur

La agroindustria no sólo ha generado problemas ambientales en Jalisco, sino también de salud.  

Según datos de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) obtenidos vía transparencia, la Región Sanitaria 6, con sede en Ciudad Guzmán y jurisdicción en el sur del estado, es la que reporta la mayor cantidad de atenciones por intoxicaciones derivadas de agroquímicos. 

La información oficial indica que de 2012 a 2020 el Organismo Público Descentralizado (OPD) Servicios de Salud Jalisco atendió 6 mil 189 intoxicaciones por agroquímicos en el estado. De éstas, mil 27 ocurrieron en municipios de la Región Sanitaria 6. 

Zapotlán el Grande concentró la mayor cantidad de atenciones al reportar 358, de las cuales 245 se proporcionaron a hombres y 113 a mujeres. Al municipio le siguió Sayula con 142; Zacoalco de Torres, con 136, y Zapotiltic, con 88. 

Por años, la región reportó 134 pacientes por intoxicación en 2012, 135 en 2013, 146 en 2014, 164 en 2015, 141 en 2016, 84 en 2017, 100 en 2018, 96 en 2019 y 27 en 2020.  

La información de la SSJ excluye las atenciones en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y a quienes son atendidos por médicos de las propias empresas. Lauro Rodríguez

Profepa, sin datos actualizados por cambios de usos de suelo; reporta 130 expedientes

El Estudio Técnico de Aguacateras en el Estado de Jalisco del IIEG también da cuenta de que varias plantaciones de aguacate se dieron a partir de cambios de uso de suelo. Consultada al respecto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) aportó datos, pero no están actualizados. 

El informe del IIEG indica que, hasta 2017, la mayoría de las plantaciones se daba en tierras agrícolas; sin embargo, detectó que en 2 mil 78.47 hectáreas (ha) consideradas como de bosques de coníferas se produjo aguacate. Lo mismo pasó en 2 mil 41.19 ha de áreas de vegetación secundarias a bosques de coníferas y en 264.69 ha de bosques de encino. 

Sin embargo, la cifra ya no es actual y a la fecha la Profepa no cuenta con datos reales ni actualizados. A través de una solicitud de información, la procuraduría indicó que entre 2015 y 2021 sólo detectó 410.45 ha con cambios de uso de suelo ilegales. 

La Profepa tiene abiertos 130 expedientes por esos cambios de uso de suelo; sin embargo, en la mayoría no se especifica cuántas ha pudieron ser afectadas por el delito.  

Lo que la dependencia sí precisó fue que la mayor cantidad de acciones implementadas a partir de cambios de usos de suelo se dio en el sur del estado.  

De los 130 expedientes abiertos, 61 tienen que ver con 15 municipios aguacateros del sur y sureste de la entidad. San Gabriel encabeza el listado con 16 casos y le sigue Concepción de Buenos Aires con 13; Gómez Farías, con 12, y Zapotlán el Grande, con cinco.  

Aunado a la situación, la Profepa mantiene poca presencia en el estado para verificar los cambios de uso de suelo ilegales. Entre 2020 y 2021 sólo hizo 18 revisiones en el estado –ninguna en el año actual–, de las cuales 14 se hicieron a municipios aguacateros. 

Al respecto, el director del Centro de Investigaciones en Territorio y Ruralidad del Centro Universitario del Sur (CUSur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Alejandro Macías Macías, indicó que las visitas de la Profepa son insuficientes para atender la problemática de la región y Jalisco. 

A la par expuso que en la región se ha detectado “una trampa” para hacer cambios de uso de suelo. Primero, productores modifican el uso de predios forestales a pecuarios o para pastizales y, segundo, los vuelven agroindustriales; al hacerlo de esa manera evitan un cambio directo de uso forestal a agroindustrial. Lauro Rodríguez

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