2020-07-05_03-07-27___3345

En este fraccionamiento de 150 mil habitantes tienen agua justo en el horario en que la mayoría sale a trabajar; al regresar a sus hogares no cuentan con el vital líquido

El fraccionamiento Valle de los Molinos, situado en Zapopan, es quizá el más grande del Área Metropolitana de Guadalajara, con una población cercana a los 150 mil habitantes.

En este momento, en plena pandemia, vecinos de Valle de los Molinos, situado en el corredor de la carretera a Colotlán, denunciaron que carencias en el servicio de agua potable.

Los colonos tienen el servicio en tandeos. Les llega desde las 7 de la mañana a las 5 de la tarde, en promedio. Sin embargo, eso les significa un problema a la mayoría de los habitantes, ya que justo en ese horario es cuando salen a trabajar y al regresar a sus hogares las llaves no tienen líquido.

El problema se vive con mayor crudeza desde hace tres meses, pero a partir del 25 de junio, se complicó aún más, ya que la constructora Javer le avisó a los colonos que ellos ya entregaron las bombas y los pozos al Ayuntamiento de Zapopan y ahora es a la autoridad municipal a la que le corresponde dar el servicio.

Dolores Escarlet Romero, vecina afectada, mostró documentos en los que se confirma que la empresa Javer ya cedió la estafeta al Ayuntamiento de Zapopan.

“Ya la constructora Javer se despidió y nos dejó a la deriva. Se nos entregó esta documentación, donde nos acreditan que ellos ya entregaron todo el fraccionamiento. Entonces, le pido al alcalde Pablo Lemus por favor, atiéndanos. Somos muchísimas las familias. Por favor, no nos deje sin agua”, expresó.

Los colonos de Valle de los Molinos temen que al no tener servicio regular de agua potable, el fraccionamiento pueda convertirse en un “foco rojo” para contagios del Covid-19, relató René Cisneros Ruvalcaba, representante vecinal.

“Venimos en el camión, donde viene gente de Tesistán, donde es ‘punto rojo’ de la pandemia y los pasajeros de Tesistán transbordan en la carretera a Colotlán para poderse ir ahí. La preocupación llegó a nosotros, porque llegamos muchos en la noche y ¿con qué nos vamos a asear?, ¿con qué nos vamos a lavar las manos?. Corremos el peligro de contagiar a nuestras familias”, aseveró.

Los vecinos exigen respuesta a la exigencia de un mejor servicio de agua potable, al alcalde Pablo Lemus Navarro: “Estamos pagando el impuesto predial, me están cobrando un impuesto predial y no pueden prestar los servicios municipales aquí dentro del fraccionamiento. Nos dicen que después, que están trabajando y que ya veremos. Esa frase ‘se está trabajando’ ya tiene una administración completa y parte de la otra y el mundo de gente no tenemos respuesta en concreto”, precisó.

Otro grave problema es el de la inseguridad. Ladrones que viven en el mismo fraccionamiento se meten a las viviendas, estén desocupadas o habitadas, denunció la vecina Claudia Labastida.

“Porque seguido, por el lado de donde yo vivo, hay personas que se dedican a saquear casas que ven abandonadas. Las saquean –literalmente- aún estando ocupadas las casas, las abren y las saquean. La gente se va a trabajar, cuando regresan ya no tienen nada”, se quejó.

Por la magnitud de Valle de los Molinos, el fraccionamiento enfrenta también problemas de falta de clínicas y hospitales, escuelas de educación básica y preparatorias y de un adecuado sistema de transporte público. La Universidad de Guadalajara (UdeG) construye una preparatoria en el kilómetro 6.5 de la carretera a Colotlán, con cupo para 3 mil 200 alumnos, pero los colonos advierten que será insuficiente.