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Jalisco requiere nueva Constitución que reconozca los derechos de la naturaleza

Este derecho debe ponderar sobre intereses económicos: Especialistas

De acuerdo con ponentes que participaron en foro virtual, Jalisco requiere de un nuevo marco jurídico que considere proteger, defender y conservar la naturaleza, es decir, cuerpos de agua de trascendencia como la del Santiago, hoy en día uno de los caudales más contaminados de América

El río Santiago padece un caudal de problemas que requieren o bien la aplicación de los instrumentos internacionales y del marco legal actual en materia de medio ambiente, o crear una legislación acorde al contexto que padecen cuerpos de agua como este/Foto: Cortesía

Jalisco se podría posicio­nar a la vanguardia, junto con la Ciudad de México, con el establecimiento de un nuevo marco jurídico que incluya la protección, defensa y conser­vación de todos los seres vivos y de la naturaleza.

Así lo afirmó la académica del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctora Adriana Her­nández García, al participar en la mesa legal del Foro Mul­tidisciplinar para Analizar la Problemática del Río Santiago, que organizó el Centro Univer­sitario de Tonalá (CUTonalá) del 25 al 27 de mayo, y que fue transmitido vía la página de Fa­cebook de dicho plantel.

Hernández García, quien dictó la ponencia “Análisis de la nueva Constitución de la Ciudad de México, los dere­chos de la naturaleza y el Río Santiago”, dijo que en Jalisco prevalece un modelo jurídico y económico que no funciona para toda la sociedad y para los recursos naturales.

Dijo que es necesario re­flexionar que el estado está a tiempo para poder integrar, en su marco jurídico, los derechos de la naturaleza, que favorez­can la protección de recursos como el Río Santiago.

La académica del CUCié­nega consideró que en una nueva Constitución del Estado puedan ser reconocidos los de­rechos de la naturaleza y esta­blecer los límites legales para la protección de los recursos naturales y garantizar su con­servación.

El cuidado del medio ambiente no sólo implica el esfuerzo de los diferentes ór­ganos de gobierno y los funcionarios, sino de todos los habitantes de Jalisco.

Reconoció que hay grupos que hacen esfuerzos para la protección y defensa del río Santiago; se trata de organiza­ciones civiles, instituciones de investigación, universidades y centros de investigación enfo­cados en crear iniciativas en las que se integre en la normativa los derechos de la naturaleza.

La ley no va a resolver por sí sola el problema de la con­taminación, subrayó, y habló de la importancia del segui­miento de los ciudadanos para que haya vigilancia, y esta­blecer un modelo del manejo del agua del río Santiago des­de la sociedad. Explicó que la Constitución de la Ciudad de México establece, en su artí­culo 18, entre otros aspectos, el derecho a la preservación y protección de la naturale­za, que será garantizada por las autoridades capitalinas, y agrega que la naturaleza es sujeto de derechos.

En la mesa legal del foro participó también el doctor Francisco Jalomo Aguirre, académico del Centro Univer­sitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, quien habló sobre “Ins­trumentos jurídicos internacio­nales aplicables al caso de la contaminación de la cuenca del río Santiago”.

Lamentó que los tratados internacionales enfocados en la protección del medio ambien­te no siempre se cumplen en México, a pesar de que tengan categoría de ley.

Externó que México cuen­ta con un cuerpo normativo robusto en materia de medio ambiente que no se cumple, y que es necesario un cambio de paradigma que incluya el reco­nocimiento de los derechos de la naturaleza.

Cuando se administra jus­ticia en el país, se tienen que acatar los principios, derechos y reconocimientos consig­nados en todo documento de tratado internacional, y toda la normatividad a nivel nacional tiene que armonizarse con lo que esté dispuesto en los tra­tados internacionales y acuer­dos comerciales suscritos por México, informó.

La mesa legal fue coor­dinada por la doctora Elvira Medina Alvarado, académica del CUTonalá, a la que siguió la mesa ambiental, coordinada por el doctor Valentín Flores Payán, del mismo núcleo uni­versitario.

Fármacos, uno de los principales contaminantes del río Santiago

El doctor Edgar David Mo­reno Medrano, académico del CUTonalá, en su participación en la mesa ambiental del foro, que uno de los principales con­taminantes del río Santiago son los fármacos, los cuales pro­vienen, en menor medida de la industria farmacéutica y, en gran medida, de la población.

“Un medicamento es pro­cesado por el organismo; sin embargo, no todo es asimi­lado y gran parte de éste es desechado por la orina y se va a los drenajes, y llega al afluente. Las plantas de tra­tamiento convencionales no son capaces de degradar estos contaminantes, que persisten y pasan a los sistemas de po­tabilización”, denunció.

Es necesario modificar los tratamientos convencionales y añadir otras etapas en los mismos que sí sean capaces de degradar estos contami­nantes, y es ahí donde caben los procesos de oxidación avanzada, explicó.

Detalló que trabaja en un proyecto de investigación en­focado en procesos de oxida­ción avanzada para afluentes contaminados con fármacos, como el río Santiago.

La jefa del Departamento de Estudios Socio Urbanos del CUCSH, doctora Lourdes Sofía Mendoza Bohne, dijo que el río Santiago es uno de los ríos más contaminados de América, y es resultado de una negligencia institucional que se ha ido formando desde el desprecio, la ignorancia ins­titucionalizada, el desvalor, la corrupción, la cultura del des­perdicio y depredadora.

La doctora Aída Alejandra Guerrero de León, también académica del CUTonalá y quien participó con la ponen­cia “Identificación de zonas de riesgo ambiental para la calidad de agua en el río San­tiago”, subrayó que dentro de las áreas con problemas severos por la contaminación se encuentran El Salto, Jua­nacatlán y Puente Grande.

Específicamente en El Sal­to y Juanacatlán se han invo­lucrado diferentes actores so­ciales, instituciones y actores políticos para dar seguimien­to a esta problemática, pero aún no se ha resuelto. Agregó que entre los contaminantes encontrados se halla arsénico, plomo, cadmio y ácido mu­cónico, derivado de los ben­cenos, y hay que indagar de dónde vienen.

Puntualizó que entre las consecuencias de la contami­nación están los riesgos en la salud y la pérdida de la biodi­versidad.