por Nancy Ángel/ntrguadalajara.com

 18 de Junio de 2024, 06:0

LLUVIAS. Los lixiviados de los tiraderos se desbordan con la llegada del temporal. (Foto: Nancy Ángel)

Los lixiviados que genera el basurero Hasar’s, de propiedad privada, y Picachos, de propiedad pública, son una amenaza para los cuerpos de agua localizados en sus alrededores, los cuales a su vez desembocan en el río Santiago, señalaron habitantes de Pueblos en Resistencia de la Barranca.

Las y los habitantes señalaron que la implementación de sistemas de tratamiento de lixiviados, líquidos resultantes de los residuos en los vertederos localizados en la carretera a Colotlán, en Zapopan, no ha servido, pues las aguas de olor fétido y color oscuro se desbordan con la llegada del temporal y llegan a los ríos cercanos o permean al suelo.

“El problema es que tenemos unos arroyos que están bajando limpios, también tenemos unos bordos que antes tenían pescado, mojarritas, pero últimamente se nos empezó a contaminar, habían unos bordos que estaban recibiendo el lixiviado, pero en una tormenta se reventó y (las personas responsables) no volvieron a hacer jamás arreglos ni nada, eso fue como en el 2018 o 2019”, expresó Alfredo Tejeda, delegado de Milpillas, una de las localidades situada en la zona dañada.

Él y otros afectados recordaron que en 2015 los pueblos en resistencia se reunieron para llevar a cabo un análisis al agua del río Milpillas, el cual arrojó cantidades alarmantes de mercurio, arsénico, cromo y otros contaminantes que atribuyeron a la presencia de lixiviados.

“Inclusive el ganado ha llegado a tomar de esa agua y se han muerto, los bordos que hicimos para almacenar agua, a causa del lixiviado, lógicamente el agua no sirvió para nada y el problema es que hemos estado en pie de lucha, queremos soluciones, pero se han hecho oídos sordos”, detalló Tejeda.

Mencionó que la problemática, de manera inmediata, ya afectó al menos a 20 familias de Milpillas, quienes se han quedado sin fuentes de agua debido a los contaminantes: “Ahora tenemos que estar comprando agua, siendo que teníamos nuestros ríos limpiecitos; hay un balneario que le dicen Milpillas, pero también se acabó a causa del agua contaminada, había hasta pescaditos en los arroyos”.

Los afectados creen que la constante exposición tanto a los lixiviados como a los gases por incendios que se registran en los vertederos también ha provocado enfermedades como cáncer.

La polución también ha afectado a cultivos: “Ya no podemos tener limón porque el lixiviado los quema, la brisa baja y quema el limón, le provoca algo como pelusa y lo seca, fue el fruto que nos echó a perder y los mangos en Huaxtla”.

Leonardo Orozco, habitante de Huaxtla, agregó: “Estamos hablando de huertas que tienen muchas generaciones, hasta 100 ó 200 años de vivos, y todo lo que está cerca de los afluentes del río y todo lo que está al pie del arroyo (…) Estamos hablando de ciruela, guamuchiles, fauna silvestre, ganado, todo lo que se produce es muerte”.

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