En México no hay información sobre los felinos tras los siniestros. El estudio busca entender la afectación

Este incendio impactó de forma grave el ecosistema al durar la cantidad de 51 días. Foto. Cortesía / Juan Pablo Esparza

Rosario Bareño / El Occidental

El incendio registrado en 2017 en la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán que duró 51 días (12 de abril al 2 de junio de 2017) fue de grandes proporciones al dañar 18 mil 370 hectáreas. Impactó severamente en la fauna, en las abundancias de jaguares, pumas, venados y pecaríes ya que en la zona afectada por el incendio el uso y la abundancia de estos animales disminuyó, pero su impacto se extiende hasta en las zonas no afectadas por el incendio, pues ahí también disminuyó la abundancia del jaguar.

En entrevista con EL OCCIDENTAL el doctor Juan Pablo Esparza, profesor investigador del Departamento de Recursos Naturales del CUCosta Sur de la Universidad de Guadalajara, señaló: “hemos estado evaluando el efecto de un incendio muy grande que ocurrió en 2017, a los 3 meses, al primer año después y de los tres años a los 5 años o sea desde el 2017 hasta el 2022 y lo que te puedo decir es que en general a todas las especies de animales que estuvimos siguiendo durante estos cinco años que fue el puma, el jaguar, el venado y pecarí, después de 5 años hay menos en la zona afectada por el fuego«.

Sus abundancias han variado, pero el más afectado ha sido el jaguar. El monitoreo fue durante 5 años de la zona siniestrada y una zona contigua no afectada. El más afectado de todos es el jaguar ya que no se apareció en la zona quemada durante más de 3 meses inmediatamente después del incendio (2017) y solo 3 registros en la zona no afectada.

Después de 3 años de ocurrido el incendio (2020) solo obtuvimos 2 registros de jaguar en la zona pos incendio, mientras en la zona no afectada tuvimos 31 registros. En ese mismo año se estimó había 16 Jaguares en la zona de estudio con una densidad de 6 Jaguares por 100 kilómetros cuadrados en el área estudiada (tanto en la zona quemada y no quemada) lo cual es alto, pero los jaguares solo estuvieron prácticamente en la zona que no se quemó, no pudimos hacer el cálculo por separado pues con solo 2 registros en la zona pos incendio no fue suficiente para calcular estadísticamente cuántos hay en la zona quemada.

Cuando los animales se alejan se llama efectos secundarios del incendio ya que el fuego impacta la modificación severa de su hábitat. Foto. Cortesía / Juan Pablo Esparza

En el 2021 tuvimos 16 registros de jaguar en la zona no quemada y solo 1 en la zona quemada. Finalmente en el 2022 que fue el último año que medimos, en 4 meses de monitoreo no se registró ningún jaguar en la zona; mientras en la zona no quemada registramos a 10. El puma también fue afectado, hubo menos en todos los años de monitoreo pero hubo mucho menos en 2022: 9 registros en la zona quemada y 155 en la zona no afectada. La misma tendencia han seguido ocelotes y tigrillos. Al venado al parecer no le afectó el incendio un año después (2018), a los tres años y después del incendio empezó a disminuir y cinco años después (2022) hay menos venados en la afectada por el fuego. Mientras el Pecarí al principio le afectó al parecer se está recuperando.

El doctor Esparza expuso que el efecto de los incendios es mayor a mediano y largo plazo que a corto plazo. En el momento del siniestro los animales más grandes se alejan, mientras más pequeños como los ratones, tlacuaches pueden ocultarse en sus madrigueras bajo tierra. Por lo que los animales que mueren por efectos directos del fuego, es decir quemados o intoxicados por humo son pocos.

Cuando los animales se alejan se llama efectos secundarios del incendio ya que el fuego impacta la modificación severa de su hábitat, disminuye la cantidad de alimento donde se quemó o donde dormir lo que afecta a las especies indirectamente.

El doctor Juan Pablo Esparza comentó que los jaguares y pumas que habitan en la Reserva de la Biósfera de la Sierra de Manantlán sufren el impacto de los incendios forestales al disminuir la disponibilidad de alimentos en las áreas quemadas.

Este trabajo de investigación lo realiza en colaboración con la Dirección de la Reserva Natural protegida y con acompañamiento de la brigada de incendios de Tecopatlán. Durante y después del incendio, la gente de las comunidades comentaba que hubo más ataques de jaguar y puma a su ganado.

Posteriormente lo corroboramos con datos y si se registraron más ataques de jaguares y pumas contra el ganado doméstico. En la reserva, en la zona donde fue el incendio toda la parte donde estudiamos no hay ninguna comunidad no hay ningún rancho, ningún pueblo y el ganado está en las partes más bajas de menor altitud cerca de los poblados.

Durante todo un año antes del siniestro se dieron 8 ataques contra el ganado y en los 51 días que duró el incendio hubo 8 ataques a ganado, suponemos que el jaguar y puma al no poder usar la zona que se estaba quemando se vieron orillados a bajar de la Sierra y depredaron ganado.

«Suponemos que por represalia los ganaderos mataron algunos felinos, por ejemplo se tenía un macho dominante que tenía varios años en la zona y aunque apareció poco después del incendio ya posteriormente no volvió hacerlo; atribuimos que algunos animales que ya no vimos después del incendio los mataron, no lo podemos saber realmente».

En México no hay información de lo que pasa con los jaguares y pumas después de incendios forestales. Existen algunos trabajos en Estados Unidos sobre el impacto de los incendios forestales en pumas. Pero del jaguar no hay prácticamente información en el mundo. Por lo que el objetivo de este estudio es entender cómo afectan los incendios a estos felinos.

En las revistas científicas, no hay trabajos publicados del impacto de los incendios forestales en felinos para México. Foto. Cortesía / Juan Pablo Esparza

En las revistas científicas, no hay trabajos publicados del impacto de los incendios forestales en felinos para México.

Entonces queremos ver cuál es el efecto que tienen los incendios en estas especies en general, o sea, en Estados Unidos hay mucho sobre el venado y poco para puma; pero en México y en Latinoamérica no.

Solo hay un estudio sobre jaguar en el Pantanal, Brasil, pero a gran escala, en que calcularon que se afectó el 45% del hábitat del jaguar durante los incendios gigantescos de 2020, puntualizó.

Enfatizó el doctor Esparza Que lo que se puede hacer básicamente es la prevención de incendios, como en medicina es mejor la prevención que enfrentar los incendios. Esto es una llamada de atención para despertar el interés de que se necesita mayor prevención apoyando más a las brigadas de incendios en labores preventivas y en realizar quemas prescritas para disminuir combustibles del bosque en ecosistemas que han evolucionado con el fuego, así habrá menos impacto en la fauna. Hay trabajos sobre el jaguar y el puma en la Reserva de la Biósfera de Chamela – Cuixmala y en la Reserva de Biósfera de la Sierra de Manantlan; falta hacerlo en otras áreas por ejemplo en La Primavera, Nevado de Colima, Sierra de Quila, Mascota-San Sebastián del Oeste y Sierra Huichola con trabajos de prevención.